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Nuevo libro de Bueno y Arcocha |
Mikel Bueno y Elorri Arcocha acaban de publicar “Navarra,
1934. El año de las revoluciones sepultadas”, un interesante libro sobre la
importancia, a veces rebajada, de las huelgas campesinas que reclamaron en
víspera de la masacre del 36 la devolución de las tierras comunales que fueron
núcleo del conflicto en localidades como Olite/Erriberri.
El trabajo
editado por Mintzoa sintetiza las protestas de las que se cumplen 90 años en el
contexto de una comunidad hija de la emigración en la que entre 1877 y 1930 más
de 100.000 personas salieron normalmente hacia América a buscarse la vida en
una Navarra que contaba con algo más de 350.000 habitantes y donde el 70% de los
navarros eran campesinos.
Los autores
recuerdan que precisamente fue en Olite/Erriberri cuando en 1882 se dieron las
primeras revueltas contra la privatización de las corralizas municipales, con
protestas, el secuestro del yerno de un propietario o el asesinato del hijo de
otro terrateniente, alteraciones del orden que también se dieron en Tafalla,
Caparroso o Miranda donde también murieron cuatro personas.
El libro
cuenta cómo en 1934 la II República dio un giro y pasó a gobernar la derecha
del Partido Radical y la Ceda, con dirigentes que, por ejemplo, habían
participado en congresos del partido nazi. En este momento el Estado tenía la
mayor proporción de religiosos del mundo, solo tras Italia, y el analfabetismo
superaba el 30% de la población.
En Navarra
los terratenientes concentraban el 87% de los campos y los jornaleros se veían forzados
a salir. Hasta 1960, Navarra fue el segundo territorio que más emigrantes dio,
por delante de Galicia y Extremadura, recuerdan los autores.
El vínculo
de la Iglesia navarra con el carlismo y los corraliceros provocó que las
reformas agrarias de gobiernos progresistas se contaminaran de fricciones
religiosas e interpretaran como ataques al orden tradicional.
En lo
tocante a las corralizas, los sindicatos agrarios reclamaban que el Estado las
comprara y redistribuyera porque los ayuntamientos no las habían vendido en
propiedad, como decían los terratenientes, sino como derechos de
aprovechamiento de hierbas y aguas por lo que las indemnizaciones tenían que tocar
solo estos términos.
Las huelgas de 1934 tuvieron dos
momentos, en junio y en octubre. La primera, entre los días 5 y 12 en temporada
de cosecha del cereal, fue relevante en Olite/Erriberri. Pararon los tajos e
incluso, el día 17, fue detenido en la localidad el secretario de la UGT de
Navarra, Miguel Escobar.
La huelga general de octubre, más
conocida por los sucesos de Asturias, también tuvo seguimiento relevante en Tafalla
o Peralta/Azkoien. Terminó con las sedes obreras clausuradas por el Gobierno central,
que en Navarra destituyó más de 30 ayuntamientos de izquierdas entre ellos el
olitense.
Los alcaldes y concejales fueron
sustituidos a dedo por otros derechistas. “So pretexto de las movilizaciones de
octubre… dieron un auténtico golpe de estado en el poder municipal…” y las
derechas lograron hacerse también así con el control de la Diputación de
Navarra en víspera del golpe de estado.
“El exterminio político hacia las
izquierdas vivido en Navarra a partir de julio de 1936 se realizó, fundamentalmente,
en aquellas localidades donde la conflictividad por el comunal y las corralizas
había sido de gran importancia… Navarra fue el territorio del Estado con mayor número
de asesinados por cada mil votantes del Frente Popular”.
https://www.elolitense.com/2024/10/hace-90-anos-la-revolucion-se-llevo-el.html