martes, 30 de septiembre de 2008

NACE EL FASCIO HISPANO


CALENDARIO REPUBLICANO
Madrid, 29 de octubre de 1933

El presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, disolvió las Cortes a principios de aquel otoño de 1933. El 9 de octubre convocó nuevas elecciones en un clima de crisis económica que los sindicatos achacaban a la política económica que imprimían los radicales de Lerroux en el Gobierno.
La depreciación de los sueldos y la caída de los precios de los productos agrícolas como la vid, tan importante en la Merindad, favoreció la protesta campesina. En Olite, por ejemplo, los viticultores llegaron a declarar una jornada de paro en protesta por el descenso del precio de la uva que imponían las empresas bodegueras.
Hubo quien propuso “la inmediata incautación” de los depósitos que había en las bodegas particulares para introducir allí el fruto de la vendimia. Incluso se debatió un plante en plena cosecha hasta que no interviniera la Administración como mediadora en el conflicto: “están todos dispuestos a no cortar una uva mientras la superioridad no dé una solución rápida y satisfactoria”, recoge un informe del Ayuntamiento olitense.
Los vendimiadores consideraban ruinosa la oferta de 18 pesetas por carga que ofertaban los compradores, ya que, opinaban, el precio mínimo de la uva debería ser de 20 céntimos por kilo. Todas organizaciones agrarias del pueblo, desde los carlistas a la UGT, suscribieron la protesta y denunciaron el abuso de los bodegueros.
También fue el momento en el que algunos miembros del sindicato socialista, desesperados por la lentitud de la Reforma Agraria, comenzaron la ocupación de tierras situadas en los términos de las corralizas de la “Parralla” y “Goyena”, igual que sucedió en otros pueblos merindanos donde los braceros se lanzaron a roturar y sembrar terrenos antaño comunales caídos en manos particulares.
De la Casa del Pueblo de Olite salieron noventa hombres para repartirse ambas corralizas. Se dividieron en tres grupos de treinta. Llevaban caballerías y aperos para instalar nuevos mojones. Sin embargo, a mediodía se presentó la Guardia Civil y encañonó a los jornaleros. Advirtieron los del tricornio que tenían orden de disparar si continuaba la labor roturadora. Adujeron que de Madrid no había ninguna orden que respaldara el reparto agrario.
Asustados por la exhibición de fuerza, los paisanos recogieron asnos y azadas y regresaron a casa con las orejas gachas. Por la noche, enojados, se volvieron a reunir en el centro de la UGT. En cuanto vieron al alcalde, socialista como ellos, le soltaron: “tú tienes la culpa. Te vamos a meter la cabeza en un pozo a ver si espabilas. Nos dan una orden de ocupación y no sirve para nada. La Guardia Civil tiene más autoridad que tú, siendo el alcalde el que más manda en el pueblo”.
En este clima de conflictividad laboral, los obreros de la principal industria de localidad, la “Harino Panadera Olitense”, entraron en huelga “ante las repetidas negativas a las demandas de aumento de jornal que estos obreros han hecho ...”, dice la declaración que firman los empleados de la sección de panadería de la UGT local: Julio Chueca, Antonio Ulibarrena, Esteban Velasco y José Cambra.
Son demasiados excesos para “la gente de orden”. El hijo del ex dictador Primo de Rivera se mira en el espejo de la Italia de Mussolini y el partido nazi alemán para crear una formación política nueva de corte autoritario, defensora de capital y la política de “los puños y las pistolas” contra, sobre todo, cualquier dirigente de izquierdas que se ponga en la diana.
El 29 de octubre José Antonio Primo de Rivera crea Falange Española. En el mitin de fundación organizado en el Teatro de la Comedia de Madrid interviene un navarro, el estellés Julio Ruiz de Alda. Otro impulsor del partido fascista es el médico tudelano Aniceto Ruiz Castillejos.