miércoles, 21 de mayo de 2014

PAVOR A LOS CONTROLES DE ALCOHOLEMIA EN STA. BRÍGIDA

Ambiente de otros años en la barra del bar del momte
Con la proximidad de la romería a la ermita de Santa Brígida llega este sábado a Olite la psicosis a los controles de alcoholemia que desde hace años instalan los cuerpos de seguridad en la carretera que lleva al monte Encinar, y que se suelen resolver con importantes multas y la pérdida de puntos a muchos automovilistas, una práctica que este año ha llevado al Ayuntamiento a contar con un servicio de Protección Civil que, según anuncia en el programa oficial de actos, se instalará en el trayecto para señalar a los conductores “un camino alternativo para no utilizar la carretera”.
            La idea se lleva madurando semanas en el Consistorio y consiste en que, por la tarde y después de las habituales comidas y cenas en el Monte, unos voluntarios de protección civil asesoren a los conductores cómo regresar a Olite por la pista que lleva desde el camino de Falces hasta la parte trasera del convento de las Clarisas. La competencia de caminos es municipal, si bien nada impide que la policía foral o guardia civil instale en este punto los temidos controles, algo que ya ha hecho en otras ocasiones. Además, desde la entrada en vigor de la nueva ley de Tráfico las multas de alcoholemia y estupefacciones se han doblado y han pasado a ser de aproximadamente 1.000 €. El año pasado una veintena de conductores fueron denunciado en la carrera, a la altura del cementerio, algunos de los cuales fueron penalizados con 500 € y la retirada de cuatro puntos del carné.